El próximo domingo se celebra el día de la madre y puede que muchos no podamos celebrarlo con la nuestra como se merece. Por suerte, contamos con poder enviarle flores, su tarta favorita o un sinfín de productos personalizados. Este año las tiendas online se esmerarán como nunca para que podamos hacerles llegar un paquete a través de mensajero como símbolo de amor a nuestras progenitoras. Lástima que no podamos inventar ahora el servicio de abrazos a domicilio, porque moriría de éxito.
Seguramente, en estos tiempos, una videollamada para poder compartir unos minutos de charla con nuestra madre será el mejor regalo para ambos. Una madre es el refugio al que acudir cuando dudamos, cuando queremos un consejo o una palabra de ánimo. Porque son las que todo lo saben, las que nos tiran de las orejas a tiempo cuando somos jóvenes y se preocupan por nuestro trabajo, nuestra alimentación y nuestra situación sentimental cuando nos emancipamos.
A las madres les está tocando jugar un papel extraño estos días. Sobre todo a las madres que también son abuelas. El miedo al contagio de los mayores está intercambiando papeles y llevando a muchos hijos a hacer de padres de sus padres. Preocupándose por su salud, su control de las medidas de higiene y distanciamiento… Ahora somos los hijos los que les preguntamos si comen, duermen, entran o salen. Un intercambio de papeles que puede ser temporal o quedarse para siempre, el tiempo lo dirá, pero sin duda está estableciendo nuevos vínculos entre todos.
En cualquier caso, este año es seguramente el mejor año para celebrar y hacer sentir única a nuestra madre. Puede que esté más preocupada y más sola de lo normal, así que merece que le dediquemos todo el tiempo que necesite a través de una pantalla para recordarle hoy que, a pesar del virus, la crisis, el confinamiento o lo que venga, no hay nada que ensombrezca su papel en nuestra vida. Si hoy no podemos abrazarla, hagámosle saber cuánto nos gustaría hacerlo.