La familia es el vínculo más importante que tenemos, la base de la sociedad, la estructura vital que nos estabiliza y nos aporta seguridad cuando el resto de cosas se tambalean.

La familia son nuestros abuelos, padres, hermanos, tíos, sobrinos, hijos, nietos… toda esa red de relaciones que definen en parte quienes somos y quienes queremos ser. Pero la familia a veces también son amigos, compañeros de trabajo, personas que aparecen en nuestra vida, a veces por casualidad, y de pronto se convierten en un pilar fundamental en ese ecosistema de seguridad al que llamamos “estar en casa” en el sentido más amplio del término.

Hay familias grandes, pequeñas, núcleo duro o árbol genealógico entero, familias políticas, adoptivas… todas ellas unidades de cariño cuyo denominador común es dar sentido al sentido de pertenencia. Y a todas ellas queremos dedicar nuestra pequeña reflexión de hoy. 

Porque ese ecosistema es el que permite que nos caigamos y nos volvamos a levantar, el que nos hace sonreír cuando todo va mal, el que nos quiere y nos acepta como somos, el que nos dice la verdad aunque duela, el que nos anima a sacar la mejor versión de nosotros mismos. Las familias consiguen hacer mejores personas para un mundo mejor. No con grandes hazañas ni gestos heroicos, no con titulares de prensa ni ceros en cuenta corriente, simplemente porque ayudan a que todos tengamos un lugar al que volver, en el que sentirnos seguros, en el que sentirnos libres, en el que coger carrerilla antes de saltar.

Os animamos a celebrar este día con vuestros seres queridos y esperamos que sigáis todos Muy Bien.